miércoles, 31 de octubre de 2018

El Enemigo Silente

Acecha sin límites en su quehacer. Amigo de la luz de luna. Apenas puedo avanzar su galope. Entra a su antojo en mi morada sorteando el frío de la noche. Roba mi alma sin pena cada vez que bajo la guardia. Pero, gracias a la princesa que me despierta cada mañana, consigo ser caballero capaz de matarlo con la afilada espada de la indiferencia. Hasta la próxima cruzada.