viernes, 10 de julio de 2009

Quién Eres Y En Qué Te Has Convertido

Las cervezas regresan conmigo a casa, de madrugada, claro. Con un indescifrable “Ya estoy aquííí...” la intento despertar. Como no me hace caso, golpeo con fuerza la puerta del dormitorio y me acerco al borde de la cama. Al fin, muy asustada, ella se incorpora, y según mira para mí, mis manos cobran vida y se abalanzan sobre su cara, acariciándola del derecho y del revés. No me lo creo, pero mis piernas se apuntan también a la bacanal haciéndome saltar sobre la cama cayendo encima de ella. Empiezan rozando las suyas suavemente hasta que las cuatro extremidades se entrelazan. Ahora se convierten en dos, las mías. De repente, noto sus uñas arañar mi espalda. Veo que mi sangre impregna las sábanas y en consecuencia mis dientes hacen su labor. Cuando me doy cuenta, los niños en la puerta del dormitorio observan la sangre saliente del cuello de ella. Atónitos atienden al fin de la función.

jueves, 9 de julio de 2009

Me Hago Viejo, Y Mis Arrugas


Una vida, la más auténtica, la más atrevida, la más vevida aunque las uves lo disimulen. Un largo camino que los excesos lo están haciendo corto. Ahora sé que no voy a morir joven por muchos años que viva, ahora veo las orejas, las patas y hasta el rabo al lobo. “Perdóname, perdóname”, eso es lo único que se me ocurre susurrar al oído de la esperanza. “Por si no te vuelvo a ver, te suplico: perdóname”. Pero ya es tarde; el pañal que cubre mi trasero me lo asegura. A estas alturas de curso, ni la lengua ni mis labios, roídos por el tabaco vencido, aguantan ya la baba que cae a un pañuelo de tela viejo asido a mi pechera. Me hago viejo, y mis arrugas.