“Y cuando despertó, el
niño todavía estaba allí”. No encuentro ni encontraré palabras nunca para definir la reacción de
aquel tan afamado y fabuloso dinosaurio al escuchar la voz de ese niño siendo
rescatado por los servicios de salvamento en el maldito accidente de tren
ocurrido en aquel pueblo de cuyos nombres no voy a olvidarme. Allí, escondido
entre los escombros aguantó estoicamente, este ejemplar de Diplodocus, a que le
vinieran a salvar para juntarse con su dueño. Aunque magullado y un poco
chamuscado, estoy seguro de que ahora ya estará viviendo dignamente la
jubilación anticipada a la que se vio obligado a someterse. De fábula.
HOLA!!! Me encanta como transmites lo que pasó BKS Fatima
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