Necesita El Mundo

Volverle a su Big Bang y cambiarle los pañales. Tiritas de corazón a corazón.

Como el Gato y el Ratón

Finalmente el ratón escupió el pelaje del tímido gato.

Una Gran Decepción

"Él surfeaba sus olas pero ella embravecía la mar".

La Última Vez

Desde el principio nos separaron. Nosotros fuimos obligados a entrar y caminar por un oscuro túnel hasta llegar a una especie de sala cual despacho de un oficial sanguinario de las SS se tratara. No había nadie. Al pobre niño le habían vendado los ojos, amordazado y hasta encadenado al banco donde le obligaron a sentarse. Llevábamos allí media hora intentando adivinar cómo llegar hasta él cuando, de repente, suena un teléfono antiguo de rueda de encima de la mesa del oficial. En seguida descolgamos el teléfono y no, no era él. Cuando cayó del techo una cajita pequeña de cartón piedra con un cartel que decía "Do Not Open" y, automáticamente, se abrió la puerta del túnel que nos había llevado hasta allí. No sabíamos qué hacer. Nos tentaba abrir la caja . Pero el niño seguía solo y... ¡encadenado!. Entonces, volviendo por el túnel tropezamos con un llavero con tres llaves que finalmente usamos para desencadenar a Sergio. Lo pasó tan mal que juró nunca más volver a pisar una escape room.

                       

Escuché sus voces

 Escuché sus voces, así que corrí 

a esconderme entre tus brazos.

 

Pereza

Noche de domingo pensando en el madrugón que se avecina.

Tranquilidade

A túa pel de uva tenra. 

A tranquilidade de traballar meus dedos para escribirte. 

Meu amor.

Mire Usted

Qué sería de mí sin sus mentiras. Qué sería de mí si no escondiera la verdad. Qué sería de mí sin sus fondos reservados. Qué sería de mí sin sus armas manchadas de sangre. Qué sería de mí sin su Andorra, Suiza, Bahamas, Panamá. Qué sería de mí sin sus cementerios de cuneta llenos de memoria. Se lo juro que es verdad.

¿Qué sería de usted con calzoncillos limpios?. "Buenos días buen señor".
No soy médico, pero una píldora de amor propio le vendrá mucho mejor. Llegará usted a su natural condición y respirará aire puro, ¿por qué no?. Vivirá, óigame, con el placer del deber cumplido.

Yo, ¿sobres bajo mano?. No, perdone, mire usted.

El Enemigo Silente

Acecha sin límites en su quehacer. Amigo de la luz de luna. Apenas puedo avanzar su galope. Entra a su antojo en mi morada sorteando el frío de la noche. Roba mi alma sin pena cada vez que bajo la guardia. Pero, gracias a la princesa que me despierta cada mañana, consigo ser caballero capaz de matarlo con la afilada espada de la indiferencia. Hasta la próxima cruzada.